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¡Faltaban aún ocho meses para la boda, pero ya teníamos ganas de empezar con todo! Lo primero era el vestido, sería totalmente sorpresa para él así que con la familia y las amigas empezamos la búsqueda.

La primera tienda fue la de Paola Carolina, una pequeña tienda del Barrio de Gràcia de Barcelona donde entrar allí era como entrar en el país del amor. No faltaba ningún detalle; una tienda luminosa, los vestidos colgados, el piso de arriba con el vestidor, el sofá, los espejos… Y allí estaba ella, Paola. Con ella, pude compartir mi felicidad por la boda, la pedida, el lugar y las ganas de encontrar el vestido perfecto.

Después de probarme vestidos muy bonitos y con mucho estilo, encontré el vestido soñado. Pero era la primera tienda, el primer vestido que me había gustado y no sabía cómo tenía que gestionarlo; pero Paola muy amablemente me dijo que me lo pensara, que mirara y que, si finalmente era ese, que volviera.

Con una gran sonrisa nos despedimos y prometimos decirnos algo. Solamente tardé una semana y la llamé para volver a vernos. ¡Sin ninguna duda, era el vestido! Aquel sábado emocionadas brindamos por el vestido y empezamos con las medidas, las pruebas y los nerviosos para el gran día.

Una vez elegido el vestido, tenía que buscar los complementos perfectos. Quería empezar por poner algo en el pelo, una corona, flores, un tocado… Así que decidí escribir a Macarena de Hip&Love y preguntarle por sus flores. Quedamos un día y cuando llegamos a su pequeño taller nos quedamos asombrados. ¡Todo lleno de flores, coronas… Ideal para una boda! Con mucha ilusión me dijo que tenía el tocado ideal para mí. Las dos estábamos muy emocionadas y sentada un su sillón de reina, me probé las flores. ¡Quedaban espectaculares! Y sin ninguna duda aquel sería el tocado ideal para mi vestido.

Tenía el vestido, el tocado, los zapatos… Todos los complementos de la novia estaban ya casi elegidos, pero en pareja nos faltaba escoger el fotógrafo y el sitio donde tendría lugar nuestra boda.

Luisvi, el novio, no fue tan previsor como yo y, a pesar de que tenía la idea en mente muy clara de lo que quería, se puso a buscar a última hora…él también había decidido que su elección sería sorpresa para mí… La primera cita fue un chasco, él no quería un traje formal, ni “de novio-novio”, era una boda cóctel y quería ir “muy él”… en las tiendas que visitó de trajes de novios no entendían el concepto y salió muy “choff” incluso planteándose comprar un traje azul o negro y ya está (esto no lo quería hacer porque a las últimas bodas había ido así). Además, las primeras veces había ido a ver trajes con mucha familia y amigos y era difícil que a todo el mundo le gustase… así que una mañana lluviosa llamó a su mejor amiga y fueron al Corte inglés, no había casi nadie y la chica que les atendió empezó a sacar mil conjuntos de diferentes marcas, Hugo Boss, Armani, tommy, Roy Robson … La pajarita y gemelos de madera había sido un regalo de su madre y el reloj MAM también de madera se lo había regalado mi madre… unos calcetines de piñas divertidos y unos zapatos cómodos… ya lo tenía todo.

Luisvi trabaja en el mundo de los eventos y las bodas, en Palas Pineda Wedding…y por eso ya conocía a muchos proveedores y amigos de música, fotos, etc..

Para el fotógrafo pensamos en el equipo de Estudi de Llum. Son un equipo super profesional, divertidos, cercanos, ¡¡las fotos que habíamos visto en la web, instagram y facebook nos parecían de lo más bonitas!! Tenían sentimiento, emoción, así que decidimos ir a verlos. ¡Nos enseñaron sus fotos, videos, álbumes y… lo transmitían con tanta pasión que lo teníamos claro! ¡Ellos serían los que captarían cada momento de nuestra boda! El día de la boda no tuvimos que preocuparnos por nada…confiamos 100% … la manera de entregar el material poquito a poquito es TAAAAAAAN guay… al día siguiente de la boda una selección. Fotomatón, tráiler de boda… en fin, increíble…La boda pasa tan rápido que sin las fotos costaría poder recordar todo tan tan bien…

El lugar de la boda, sin duda era Palas Pineda… Luisvi trabaja allí, conoce al equipo, hace un año crearon una zona nueva de bodas, apartada del hotel, exclusiva y muy mágica… Por otro lado, él no quería ver una boda-boda, cada fin de semana hay bodas y no quería que le pareciese una boda más… además éramos más de 200 invitados, así que optamos por hacer una boda un poquito informal, una boda cóctel, con música en vivo, muchos puestecitos y paraditas, food trucks con mojitos, barbacoa y muchas cositas más que Ion, el cheff y Meri, la wedding planner, prepararon medio en secreto para Luisvi.

El momento tarta ya lo teníamos muy visto, también el momento de repartir mini postres en un stand…así que nos rompimos un poco la cabeza y creímos que al ser una boda cóctel teníamos que buscar un postre divertido, que gustase y cómodo de comer de pie… así que pusimos una canción de los años 50 italiana de “il Gelatto” entramos con una furgoneta 600 muy antigua con un helado gigante encima y nosotros repartimos helados artesanos…. fue un momento muy gracioso y sorprendente para los invitados, nadie se lo esperaba. Granizados, Gofres y buffet de donuts de colores fue un acompañamiento que durante el concierto y entre copas todos íbamos tomando.

¡Todo el cóctel estuvo amenizado por La bluesería, un rollito muy guay, estuvo genial! Después del baile nupcial, romántico y con infinitas bengalas, empezó un grupo un poco más loco y divertido, Els Raggatunning, increíble… dos horas y media de concierto super chulo que dieron paso a la discoteca con SBS Produccions.. que duró hasta las 6 de la mañana.